XVI
Amarillos los ojos
de los jefes de Estado.
XVII
Enemigo innombrable:
Te habrías ahorrado
muchísimos insultos
si desde la infancia,
siendo consecuente,
hubieras comenzado
por chingar a tu madre.
XVIII
Me saqué los ojos, como Edipo,
y los hijos de la chingada
esperan que sea cierto…
XIX
El único poder trascendente
lo tienen los gusanos
devorando cadáveres
a través de los siglos
y los siglos. Amén.
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