Padre: no me fue dado
creer en un dios. No sé
de dónde vienen las palabras,
creo que es el mar
que las deja en la orilla, viajan
desde un abismo a otro, viven
lo que el aire les permite
y raramente encuentran
su morada calcárea.
Padre, así,
desde un abismo a otro
mi silencio.
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