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Roberto Arizmendi

PARA CONTARLO

                                                            Para Layín
Debes saberlo
pequeño
cascabel:
la vida aquí termina.

Cuando caigan
las últimas arenas
-no importan las obras truncas-
se empezarán a cerrar los horizontes.

Cuando se seque la garganta
no habrá ya más
acción de la palabra.

Cuando el quehacer
se paralice
no habrá ya más espacios
para otorgarle sentido.

Cuando se ahogue
el grito
ya no estaré
en esta hora
para contarte la experiencia.

Tendrás que ir haciendo
la parte de historia
que te toque.


Roberto Arizmendi

UN SAMBA DE SAUDADE

                                                        Para Rosy, Nayeli y Layín
Si la vida se acaba
no hagan caso.
Si una mañana no estoy
aquí ya más,
acomoden mis cosas,
resérvenles lugar
y denle acomodo al corazón
de nueva cuenta.
Si un día no puedo compartir
comida y tiempo
dividan en tres la nueva vida
y una vez cada cinco años, diez,
alguna vez,
cosechen una flor
y hagan un samba
sin dolor
sin llanto,
que ahí estaré bailando y cantando
con ustedes.

Roberto Arizmendi  
REMANSO DE PROMESAS Y ALEGRIAS

Para Deyanira

Un día naciste
como fuente de luz
para iluminar con tu sonrisa
el mundo
y hacer de nuestros días
remanso de promesas y alegrías.

Esta nueva realidad
inaugura como designio cada hora.
Nada es igual que el pretérito vivido.
Cada día será un espacio nuevo
donde habrán de construirse
como realidad los sueños.

Roberto Arizmendi  
TU AROMA

No hay uvas aquí
ni chocolates
ni tu tacto sobre el cuerpo
ni el viento doblegando el horizonte,
pero el aire conserva tu aroma
en todo lugar
donde circula el tiempo.

Ha quedado la luz encendida
desde entonces
e ilumina todo el espacio
en todas partes.

La dicha flota
en el arte
y en callejones de historia
donde se pregona el canto de los tiempos.

Entre objetos y espacios
se encuentra el rumor
del aire de tus días.