La pesadilla es blanca
y nuestros lugares persisten:
su curso ha sido paralelo a la mirada.
Todos avanzamos de espaldas:
asistimos al llamado del silencio
mutilamos las hojas-alas del árbol
porque mayor condena será dejarlo ir.
Y al suspendernos en el ojo de la noche
para modelar con Tu sombra
la ocupación de un rostro
¡Perpetuaremos el relámpago!
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