Las veo que danzan, dormidas,
Las siento rodearme imbatibles, certeras,
Alistándome al fuego, ofreciendo sus pieles
Y sus caballos sin crines.
No estoy dormido y sueño,
Sobre la cumbre de una montaña,
Que el mar se arrastra hasta mí.
¿Cómo puedo sostenerme en pie
sobre estas piedras,
sin guiarme por las estrellas
que caen sobre mis ojos?
Sombras que danzan como olas tranquilas,
Sombras sin duelo,
Palabras convertidas en arena
Al vuelo de los pájaros.
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