Ahora que partes lleva contigo al niño
que vio la luz bajo aquel plátano,
un día que resonaban las trompetas y las armas brillaban
y los caballos sudados se inclinaban a tocar
la verde superficie del agua
en la pileta con su húmeda nariz.
Los olivos con las arrugas de nuestros padres
las rocas con el saber de nuestros padres
y la sangre de nuestro hermano viva en la tierra
eran una sólida alegría una rica condición
para las almas que conocieron su plegaria.
Ahora que partes, ahora que amanece
el día de la valoración, ahora que nadie sabe
a quién matará y cómo terminará,
lleva contigo al niño que vio la luz
bajo las hojas de aquel plátano
y enséñale a saber de los árboles.
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