Federico II con todo y ser emperador de los altivos alemanes
fue excomulgado por el Papa de entonces:
es que hizo obligatorio el estudio de la medicina a los médicos
antes de que cobrasen por recetar infusiones
o extirpar carne de la carne del hombre.
A Miguel Servet lo excomulgaron poco antes
de hacerlo coincidir con la ceniza:
dicen que para apresurar las condiciones
de seguir discutiendo las intrépidas
ciencias en la cómoda eternidad.
Martín Lutero creyó que Dios Padre sufría del hígado divino
viendo por entre las nubes cómolos curas gordos correteaban
por los barrios de las ciudades en provechosa venta
de indulgencias pagadas al contado.
Excomulgado fue por defender el hígado de Dios.
Acciones tan maravillosas tendría yo que hacer
-flaco, débil, el ojo taciturno, el aspecto abolido-
para que también me excomulgasen
dejando a salvo mi honrada vanidad para siempre.
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