—¿Qué hace ese hombre sentado
día y noche en el parque?
—Espera a sus hijos,
piensa que en cualquier momento
pueden regresar
—¿Y desde cuándo espera?
—Desde que se los llevaron
Se va y vuelve el invierno
y él sigue ahí
El tiempo lo ha ido borrando,
lo que usted ve es su alma
—¿Y sus hijos volverán?
—Nadie ha regresado,
pero él ha atado a sus muchachos
con un hilo de esperanza.
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