¿Será la artritis, o será otra cosa
ajena a los caprichos de este clima,
esto que me entristece y desanima
en la tarde nublada y silenciosa?
¿A qué raíz de amor menesterosa
alimenta esta lluvia repentina,
cuando en mi vieja herida clandestina
hunde su lenta garra dolorosa?
¿Quién (nadie) toca ya frente a mi puerta?
¿Quién (nadie) espera ya que yo le abra?
¿Quién (nadie) llega y entra si está abierta
en busca de mi abrazo y mi palabra?
Es la lluvia, la lluvia indiferente,
que cae sobre San Juan como un torrente.
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