Señora del consuelo,
dále a quien murió con ganas
una noche de pasión
por cada deseo mordido en la tierra,
para que su carne se pudra en paz
y sus huesos no sueñen una hembra.
A quien despertó al final de la carrera
dále el tiempo que pida, para lo que quiera.
A quien murió tranquilo
no lo despiertes ni para decirle
que murió su hijo.
Señora de la esperanza:
dále a quien puedas
vida a manos llenas.
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