A Luis de la Paz |
Mañana, es el amor recogiendo las flores más amables, soñando como brisa perfecta. Canta la ilusoria ave en su vuelo, de pronto, de rama a rama, e hila hilos de corazón. Se llena un tiempo del sueño; las aguas de la alberca no esperan a la ilusión, sino enseñan sus gemas y escuchan el sosiego del granado, del niño que yo llevo apacible, que yo sonrío eterno. |
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