Cada quien tiene un misterio, una aguja
que lo surce de nuevo a la nada
donde aún la noche es una luz
desparramada sobre el mar
y vence
con decisión guerrera. Entonces,
clavados a la existencia,
miran inmóviles la palabra
que los arrastra
fuera del reino, de nuevo
de par en par abiertos en el mármol de la madre
son la huella que maldice
y hace que vuelva el alba.
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